Cuando una joven pareja de clase media se muda a lo que parece ser la típica casa de un barrio periférico de nueva construcción, empieza a ser perturbada por una presencia,maligna o no, que se muestra especialmente activa durante las noches. Especialmente cuando la pareja duerme. O intenta hacerlo. La presencia parece muy preocupada por Katie, una estudiante que toda su vida se ha sentido "poseída". Su novio, Micah, operador de bolsa, se obsesiona con investigar a fondo el fenómeno. Conocedor de las tecnologías y amante de los juguetes, Micah compra por unos miles de dólares una cámara de vídeo de alta definición que coloca a los pies de la cama, consiguiendo así un escenario íntimo y un medio de saber qué pasa realmente.
La llegada del nuevo juguete de Micah parece desencadenar una mayor actividad paranormal, y Katie se dé cuenta de que a la presencia "no le ha gustado". A medida que la cinta avanza, Katie se vuelve más distante, mientras que la fascinación de Micah va haciéndose más obsesiva.
Cineasta por necesidad, Micah resulta ser tan tenaz -y profano como Heather en El proyecto de la bruja de Blair. Sin embargo, su distinto punto de vista -el de un hombre que defiende su hogar- confiere una desesperación muy particular a este nuevo tipo de trabajo documental. Después de todo, él ve cómo su mejor amiga, su alma gemela, su compañera, es alejada de él noche a noche, fotograma a fotograma…