Roma, años 60. Tres jóvenes delincuentes, Libanés (Pierfrancesco Favino), Hielo (Kim Rossi Stuart) y Dandy (Claudio Santamaria), con la ayuda de una improvisada banda de otros malhechores, entre ellos El Negro (Riccardo Scamarcio), un extremista que se cree el último samurai, secuestran y asesinan brutalmente a un rico propietario. Con el dinero del rescate en sus manos, deciden invertir, juntos, en el negocio de la heroína. Así nace una organización hábil y despiadada que aplasta a todos sus rivales, asume un control total del tráfico de drogas, impone unas brutales leyes criminales en Roma, se alía con la Mafia y a la vez se beneficia de la protección de todos aquellos hombres sin rostro a los que el gobierno asigna su trabajo sucio. Mientras tanto, las autoridades están enfrascadas en la lucha contra el terrorismo nacional y subestiman la avalancha de violencia y dinero ilícito que se apoderan de Roma. El único que presiente el poder devastador de estos nuevos gángsteres es el capitán Scialoja (Stefano Accorsi). Para destruirles, Scialoja se implica en una peligrosa relación con Patrizia (Anna Mouglalis), una intrigante prostituta que además resulta ser la chica de Dandy. Es una relación en la que ambos se dejan llevar mucho más allá de sus intenciones iniciales.