Sudáfrica, 1968. Veinticinco millones de negros están sometidos por cuatro millones de blancos gracias al brutal régimen del apartheid impuesto por el Partido Nacionalista en el poder. Los negros no tienen derecho a voto, a poseer tierras, a moverse libremente, a tener un negocio, una casa ni educación. Decididos a retener el poder, los blancos prohíben cualquier tipo de organización negra, exiliando o encarcelando de por vida a los líderes en Robben Island. James Gregory (Joseph Fiennes) considera a los negros como subhumanos. Creció en una granja del Transkei y aprendió a hablar xhosa de niño, por eso es la persona ideal para actuar de carcelero de Nelson Mandela (Dennis Haysbert) y de sus compañeros en Robben Island. Habla su idioma y puede espiarlos. Pero ocurre lo contrario. La influencia de Mandela hace que la lealtad del carcelero se incline poco a poco hacia la lucha de liberación de Sudáfrica.