Ambientado en una época mágica velada por las brumas del tiempo, repleta de héroes y monstruos, de aventura y valor, de oro y gloria, Beowulf, un hombre excepcional, emerge para salvar un antiguo reino de Dinamarca de la aniquilación por una impía criatura. En consecuencia, este legendario Vikingo de 1,98 metros de alto, rebosante de atrevida confianza y ambición, fue el sucesor del trono. El nombre de Beowulf se oye por todo el reino y se cantan canciones que cuentan sus excepcionales proezas y hazañas después de haber salvado al Rey Hrothgar, cuyo reino ha sido devastado por Grendel, un despiadado monstruo que ha torturado y devorado a sus residentes, dejándolos en un constante estado de pánico y terror. Al salvar el reino de esta bestia salvaje, Beowulf adquiere fama y dinero para sí mismo. Le llegan grandes riquezas y abrumadoras tentaciones. Lo sabiamente que maneja su nueva situación de poder definirá para siempre su destino como guerrero, como campeón, como líder, como esposo y, lo que es más importante, como hombre.