Hace tres siglos, en un mundo similar al nuestro, un alquimista italiano descubrió accidentalmente los secretos de la ciencia genética. Al hacerlo, el alquimista desencadenó una oleada de virulentas enfermedades contra las que la raza humana lucha todavía. Otra consecuencia de estos experimentos fue la creación accidental de una nueva raza de personas: los Hermanos, resultante de una mutación genética provocada por un virus y que sólo se manifiesta en los varones. Los Hermanos son seres superiores, física y mentalmente, que se han convertido en los guardianes de la ciencia genética y se han dedicado a mantener a buen recaudo el peligro potencial que encierra esa ciencia, hasta que no se la conozca mejor. Los Hermanos también ayudan a la humanidad a combatir las enfermedades que periódicamente asolan el planeta. Se trata de una relación simbiótica, a cambio de su compromiso de preservar la vida humana, los Hermanos sólo piden a la humanidad una cosa: su sangre. Los Hermanos son vampiros; no de la clase de vampiros que alimenta el mito europeo, sino unas criaturas vivientes de carne y hueso: quizás el próximo eslabón de la cadena de la evolución. Los viejos prejuicios, alimentados por las supersticiones que alimentan a los míticos vampiros, se cuecen en este mundo, aunque desaparecen cuando una nueva y virulenta cepa de gripe se ceba en la población. Los hombres precisan la ayuda de los sabios y ecuánimes Hermanos para librar y ganar esta guerra microbiana. Entonces surge un problema que amenaza con destruirlo esta armonía. Uno de los Hermanos ha hecho algo que ningún otro Hermano ha hecho jamás: cazar seres humanos. El orden y la convivencia entre las razas se ve amenazado y el viejo mito del vampiro vuelve a instilarse en la mente de los hombres y mujeres.