Jean-Pierre y Nathalie llevan cinco años amándose tiernamente. Para celebrar dicho aniversario, Jean-Pierre trae a su novia un regalo inesperado: un delicioso bulldog inglés de cuatro meses. Nathalie se vuelve loca de alegría. Ya está decidido: se llamará Trésor. Entre el animal y su ama se entabla de inmediato una relación íntima. Trésor campa por sus respetos en el dormitorio, ronca, babea, se acuesta en la cama… Y a la pareja le toca bailar al son de semejante monstruito mandón.